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El estadista

29 29Europe/Madrid marzo 29Europe/Madrid 2019

Ya hubo intentos de clonar a Adolfo Suárez, a través de su hijo, y aprovechar el tirón. Y aquellos intentos no salieron. Ahora entiendo por qué.

Vas para estadista. Según cierto partido, eres la segunda persona más valiosa de tu comunidad autónoma para optar a un puesto en el Congreso de los Diputados. El segundo mejor entre cientos de miles.

Vamos a examinar lo que ha pasado, sin entrar en preferencias ideológicas ni en sus argumentos. Vamos a lo objetivo.

Este señor, Adolfo Suárez Illana, dijo (yo lo vi en la tele) que en Nueva York la ley permite abortar después de que nazca un niño. Aquí se puede ver y oír, a los 5’15»:

Eso lo coloca, en primer lugar y sin esperar a más, como un iletrado. Es implícitamente imposible abortar si no es durante el embarazo. Un tipo con esa confusión mental está dando lecciones.

Pero esto va a peor. Para desdecirse (y eso sí, le honra y es correcto) dice que ha buscado si era correcta o no su afirmación sobre esa ley.

Dice que ha tenido que llamar a un despacho de Nueva York.

O sea, que el tipo que sienta cátedra sobre el aborto, y hace mansplaining a las mujeres (este sí), se permite decir una memez como esa de matar niños en Nueva York sin tener ni idea de si es verdad o si es mentira. Es más; algo que es evidentemente mentira se lo ha tragado, se lo ha creído, ni siquiera le ha sonado inverosímil, ni siquiera se ha molestado en averiguarlo. No ha pedido que le enseñen el texto legal en cuestión.

¿Cuál era su fuente? ¿Un whatsapp?

Que se haya creído tal majadería, en primer lugar; que la cuente en un medio de comunicación sin contrastarla, en segundo lugar; y que tenga que llamar a unos abogados de Nueva York, en tercer lugar, lo revela como alguien de una capacidad intelectual tan escasa que queda completamente invalidado para ostentar cargo público alguno. Por creérselo y por manejar así la información.

Imagínate a un tipo así, con este criterio y esta solvencia, como ministro de Sanidad.

Trapero, presidente

14 14Europe/Madrid marzo 14Europe/Madrid 2019

Un poco por casualidad, he podido oír y ver varios trozos de la declaración de Josep Lluís Trapero en el juicio por el procés.

Y me ha impresionado.

No voy al fondo del asunto, que más o menos me da igual. Una persona que ocupa un cargo como ese puede estar engañándome vilmente, o puede obrar por vocación de servicio de público. Puede ser un ángel o un demonio, y seguramente las dos cosas. No tengo ni idea, ni puedo tenerla.

Ahora bien; hay algo que sí puedo ver, que es evidente y de lo que estoy seguro. Este hombre ha estado hablando durante horas, contestando preguntas con una solvencia, una coherencia, una solidez y un orden que nunca (o, al menos, hace muchísimos años) he visto en un político.

Lo que no se puede negar es que este tipo tiene una preparación, una inteligencia y una oratoria que están a años luz de lo que veo en la mayoría de los candidatos. Así que se ha ganado mi respeto. Y ese respeto, al margen de lo demás que no puedo juzgar, es fundado.

Solo por eso, le admiro. Y solo por eso ya me pregunto por qué no están dirigiendo nuestros destinos personas que sean, como mínimo, así de profesionales. Que estén en ese listón de competencia o por encima. Dónde se esconden.

Y por qué cuando aparece una la sientan en el banquillo y no en el Congreso de los Diputados.

 

8 de marzo

8 08Europe/Madrid marzo 08Europe/Madrid 2019

En un día como hoy me apetece mencionar a alguna de las muchas mujeres que admiro. De ofrecer aquí lo que yo considero un modelo a seguir, eso que los ingleses llaman un role model. Y, por supuesto, no un modelo a seguir «para las mujeres»; un modelo a seguir, sin más. Y la mejor manera de decir las cosas suele ser con música.

Hay quien piensa que una mujer empoderada y fuerte, un modelo a seguir, es esto:

Beyoncé

Empoderada como ella sola

A mí, sin negar sus capacidades (que son muchas), me parece que se dedica básicamente a pavonearse y exhibirse. No digo que solo valga para eso; digo que es a lo que de facto se dedica. Al final, está enseñando cuerpo, peluquería, tipo, vestidos. Está en su derecho. Nada que objetar. Pero sí objeto en elegirla como modelo o como ideal. En ese sentido no está haciendo más que lo que han hecho toda la vida sus predecesoras. No se ha rebelado contra ninguno de los estereotipos que atenazan a las mujeres; simplemente, se ha convertido en la campeona mundial de esos estereotipos, en la mejor. Estereotípica de élite.

Creo que tiene, además, un pésimo gusto musical, y es una lástima que elija lo que elige, con la música que seguramente podría hacer. Pero le funciona.

Yo voy a proponer un modelo muy distinto. Primero te ruego que escuches sin más.

Molly Tuttle – Take the journey

Esa es Molly Tuttle. Un modelo a seguir.

En esa canción solo hay una guitarra, y la toca ella. Lo que hace es muy difícil. Pero no es lo importante.

Molly Tuttle toca cosas difíciles pero no es para que la admires. Toca cosas difíciles porque es lo que quiere que suene.

Molly Tuttle es música.

Se dedica a hacer música. Eso consiste, por si no lo tienes claro, en utilizar el sonido (y las palabras) para inducir en los oyentes ciertas emociones, ciertos estados de ánimo, y transmitirles algo de tu interior.

Puedes utilizar una combinación de cosas para hacer eso. Pero si lo que haces es música, deberías conseguirlo con el sonido. El resto será simplemente algo que tienes que cuidar desde un punto de vista profesional, como la puntualidad o lo que dices sobre las canciones cuando las presentas. Y de hecho, si vas triunfando, te conviertes en una marca y eres, de hecho, atractiva, supongo que no te queda otro remedio que cultivarlo todo, y hasta explotarlo.

Pero esta mujer ha sido premiada como guitarrista del año en los 2018 Americana Music Awards, y en ese género y en ese país hay muchos, muchos excelentes guitarristas para elegir. He ido a montones de cursos de improvisación, y siempre se habla de «la cantante» y de «el guitarrista», porque las guitarristas son muy escasas; esta mujer sí rompe estereotipos, sí demuestra cosas, sí da lecciones. La primera, la sencillez.

Muchas veces se habla de discos unplugged. Es falso; ahí hay más electrónica que en un centro de cálculo. Pero aquí, Molly y sus compañeros hacen una absoluta maravilla, y verás que no hay ni un maldito cable en el escenario. Solo hay un micro central doble.

Cuando puedes hacer música con tus manos y tu voz, como hace esta gente, de manera que si grabaras un disco en estudio no podría sonar mejor que lo que has hecho en el escenario, es que estamos ante músicos grandes, y sobre todo ante músicos que ofrecen verdad. Molly Tuttle puede ser guapa o fea, pero esto que se ve aquí es verdad pura y dura. Una absoluta maravilla. Están disfrutando como parece, y están haciendo todo esto sin trampa ni cartón.

Brindo por las mujeres y lanzo aquí un modelo a seguir.